Pido perdón al mundo por dejar de ver sus calles,
pido perdón al mar por no dar agua a quien le falte.
A la brisa y al viento una disculpa por quejarme
del frío de sus besos y caricias por las tardes.
Pido perdón a Silvio por gastarle las canciones,
aunque la rebeldía va creciendo vieja o joven;
a Quino y a Mamani por situarme en sus colores
y a tantos bailarines locos bellos de los bosques.
Con Negro y Blanco me disculpo por los pasos
que a veces corren por buscarme en otro andamio;
pido perdón a todos los que un día no les abro
la puerta de mis sueños por mirar hacia otro lado.
A los que me acompañan me perdonen la impaciencia,
mi grito sordo que olvidó tanta inocencia.
A la utopía clara la disculpa de este atleta
que va remando versos para ver si llega a meta.
A todas las fracciones de ternura que me pierdo
por abrigar mis días egoístas en veneno;
pido perdón a todo lo que amé en silencio
mas no pido perdón, no pido perdón por lo que creo.
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